La obra es parte de una serie de siete figuras arquetípicas de bronce que representan algunos aspectos de lo femenino en la psiquis de la mujer. Con la intención de poner énfasis en la experiencia subjetiva, la autora concibió la obra como una campana para incluir la experiencia sonora a la escultura. En Hera, las líneas curvas en la parte superior de la figura destacan el carácter reservado de la diosa del hogar.